De Tennessee Williams
'Un tranvía llamado Deseo' es, probablemente, la obra más conocida de Tennessee Williams, sobre todo tras su realización cinematográfica a cargo de Elia Kazan, con Marlon Brandon como protagonista. Desde entonces no ha dejado de representarse en teatros del todo el mundo. Hoy sigue seduciendo con sus personajes, tan próximos y contemporáneos a pesar de pertenecer a los años de la posguerra.
El tranvía Deseo recorre las calles de Nueva Orleans solo destinado a las personas buenas. Blanche DuBois huye de su pasado marcado por el fracaso de sus deseos incumplidos, por sus pérdidas materiales, acribillada por las muertes de sus familiares. Llega a casa de su hermana en busca de paz y tranquilidad, buscando un refugio, un paraíso. Pero el paraíso nunca es como lo imaginamos. Blanche no quiere conocer la verdad de su fracaso, a ella le vale como verdad aquello que imagina. Por eso el tranvía llamado Deseo le sube y le baja por las calles de su vida, llevándola otra vez al cementerio.
Todos los personajes de la obra se mueven motivados y estimulados por el deseo. Un deseo diferente en cada uno. Un deseo marcado por su origen, por la educación, por la clase social de la que provienen, por su familia o por el oficio que ejercen.
Todos luchan por cumplir sus deseos, sus sueños, sus ambiciones.
La obra de Tennessee Williams hoy en día sigue siendo un grito de socorro. Un grito del individuo perdido, inseguro, sensible e incapaz de cumplir sus deseos, condicionado por las expectativas depositadas en él, o creadas por él mismo, y por las obligaciones y deberes que le asigna la sociedad. Una sociedad aparentemente moderna pero todavía llena de incomprensibles prohibiciones y supersticiones ancestrales, que provocan que un deseo de realizar las ambiciones personales, cuando éstas son contrarias a la opinión moral de "la mayoría", se convierta en un problema social y un juicio inquisitivo.
Jaroslaw Bielski
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